Hoy he querido publicar esta entrada con dos intenciones, la primera
desahogar mi espíritu y la segunda exhortar a mi familia y amigos.
Debo decir
que definitivamente la vida me dio los
mejores padres del mundo, pues de ellos recibí la
fuerte convicción política que
hoy abrazo y defiendo, el respeto a los derechos de los demás, el respeto por las cosas que no me
pertenecen y la tolerancia a todo aquello que no es semejante a mí, es por eso
que siempre pude y supe reaccionar contra todo ataque de violencia y discriminación.
Hace tres años y medio decidí irme cansado de sentir que Colombia se estaba volviendo un país inviable, donde
los egoísmos, el consumismo, la conformidad son el pan de cada día en muchos
sectores, esto y otras múltiples razones me
llevaron a tomar esta fuerte decisión.
Hace tres años y medio sigo los pasos de mi país a través de las redes, a través de ustedes y con expectativa espero
que Colombia despierte y le dé la
posibilidad a los cambios.
Aunque esta mañana fue algo crucial y chocante para mí encontrarme
con otra realidad, la realidad del
nacionalismo exacerbado hecho analgésico futbolístico, espero que su efecto
dure las 24 horas del domingo y que alcance para mitigar la quemada política que sufrirán
los seguidores políticos de Santos o Zuluaga .
Algunos podrán decir que soy un hombre mamerto o que quizás simplemente debería dedicarme a vivir mi vida lejos de todos y de todo como me lo han
sugerido comentarios en las redes cada
vez que publico algo sobre Colombia.
Creen ellos que no tengo ningún derecho
porque no vivo de cuerpo presente en el
país o porque no vivo la realidad
de la que ellos me hablan, pero si nací
en este territorio y tengo un
documento y una construcción
cultural que me identifican como Colombiano tengo todo el derecho de hacerlo y
mismo sino lo fuera también podría
hacerlo porque la libre expresión es un
derecho.
Lo expreso porque hace algunos años cansado de ir a las urnas cada vez que habían
elecciones tenía que ver como en la casa mis hermanos hacían
proselitismo a las fuerzas políticas opuestas que yo seguía, sentía indignación, rabia, impotencia, tristeza,
frustración y porque no decirlo dolor. Siempre
tuve que ver como festejaban con
sus victorias y me reprochaban en la cara que una vez más
había perdido la posibilidad de tener,
vivir y
ver un país diferente en el
que todos cupiesemos.
Hoy estoy volviendo a sentir esta sensación después de haber leído el estatus en Facebook de algunas personas tan cercanas que conozco y que quiero con toda mi alma, seguramente si en
mis manos estuviera y pudiera contribuir
no apoyaría la violación de sus derechos
, haría todo lo inalcanzable para que
estuvieran gozando a cabalidad de todos
sus beneficios como ciudadanos.
Seguramente esta sensación la
tienen muchos de ustedes porque
en sus familias y círculos cercanos pasan cosas similares, yo solo exhorto a no quedarse callados a manifestarles a ellos con respeto que queremos un país diferente un
lugar donde todos seamos iguales.
Hoy es un día crucial
no juguemos al show mediático, hagamos
democracia y sepamos elegir, quiero dejarles estas cuestiones.
¿Quieren un país diferente? ¿Quieren el fin del conflicto? ¿Quieren un país viable donde todos quepamos? ¿Quieren un país donde a todos se les respeten sus derechos?
Recuerden quienes son ustedes, recuerden de dónde vienen, recuerden quienes son nuestros padres, Pero sobre todo recuerden que en ustedes esta
la opción de cambiar esta realidad que hemos tenido que vivir.
Hoy no quiero volver a experimentar eso que he tenido que
experimentar durante 12 años que hemos
tenido gobiernos Uribistas.
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