Recuerdo también de una manera u otra que ese día terminaba como un día de gloria o de penas, aunque debo decir que por aquellos años fueron “más glorias” que penas, eso creía yo en aquella época, pues
yo no entendía de manera honda y
profunda el sentido de la política y la
democracia, lo único que deseaba era ser
grande y tener más de 18 años para poder
ayudar a elegir el presidente de los Colombianos .
Bueno pues este sueño
se ha ido a pique en tres
oportunidades pues jamás se ha hecho realidad y
hoy en el “tercer piso” tendré que
de nuevo sentarme a ver o a escuchar
en las noticias como de manera bizarra la
corrupción, la mermelada, el serrucho, el clientelismo, el show
mediático y la clase más corrupta y
oportunista de mi amada patria se sienta
de nuevo en el cargo ejecutivo más
importante del país.
Con qué argumento me atrevo a hacer esta afirmación y por
qué denuncio a través de este escrito,
pues sencillamente porque he tenido que renovar mí cédula cuatro
veces y estas han coincidido con
las elecciones, afortunadamente las tres primeras veces obtuve a tiempo mi cédula con hologramas. Cuando partí de Colombia me dije que tenía que cuidar mucho mis
documentos para cuando regresará poder solucionar algunas cosas
administrativas en mi país, pero hace
dos meses estuve en Bogotá y de manera insegura una vez más me han hurtado el
único medio a través del cual puedo expresar mi inconformismo en estas
elecciones. Siento rabia e indignación por la Bogotá de mis amores pero ante
esto¿ qué podía hacer?¿ Entregar un documento o perder la vida?, Creo que ustedes saben la respuesta.
¿Qué hacer para obtener de manera
rápida y eficaz un documento en Colombia?, también creo q muchos de ustedes lo saben pues quizás también fueron víctimas alguna vez del hurto de sus documentos y la única
solución que obtuvieron fue poner una
demanda ( ahora por internet), pagar
$34.800 en el Banco Popular y después mamarse una fila de mañanita para que le entregarán una contraseña.
Evidentemente esta contraseña no
es un documento con el cual uno
pueda ejercer sus derechos con plena
libertad, yo hice hasta lo imposible para poder obtener mi cédula y no fue
posible y me tuve que regresar con este amargo sinsabor, por
ende yo haré parte del enorme grupo a los que muchos llamarán abstinentes
electorales; En mi caso salvo mi responsabilidad ética y moral porque
yo al contrario de muchos
que quizás se quedarán en su casa este domingo viendo la
televisión o acostaditos en su cama, había inscrito mi cedula en una ciudad a tres
horas de donde vivo porque quería ir a ejecutar mi derecho al voto.
Lastimosamente no lo podré hacer porque la inseguridad Bogotana, sumado
a la burocracia que se vive en las instituciones estatales no me permitirán elegir como
quisiera, al contrario tendré que abstenerme y esperar a tener mi nuevo cartón
amarillo con hologramas ( que pronto estará en mis manos).
Para finalizar quiero decirle a usted señor lector que se tomó
unos minutos para leer mi
historia que en nombre de todos aquellos
como yo que tenemos contraseña y queremos votar, que por favor no se deje vencer por la pereza o la rabia que
siente por los candidatos y sus
historias rapaces de politiquería, simplemente vaya y haga democracia, porque de una u otra manera un verdadero sujeto político en
pleno ejercicio de su derecho a
elegir y ser elegido no puede permitir que este le sea arrebatado por el
show mediático de dos candidatos o la falta de espitiru crítico para dicernir y escoger porque es imposible que al menos no haya uno solo que tenga una propuesta interesante.
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