
Es realmente espantoso, después de haber sido remitido a una operadora
con una interminable cantidad de
opciones uno, dos y tres finalizó con el
estrepitoso ruido del pi, pi, pi, pi
… y entonces qué hice , pues me arme de valor y coraje, marque nuevamente y sencillamente esperé el golpe de
gracia, pues la persona
encargada escuchó de manera cordial mi larga historia y luego como si lo hubiera predicho me dejo esperando al teléfono para remitirme con las otras opciones.
A mi espíritu vino la reflexión para ser atendido cordialmente
hay que decir que se es “hijo de
fulano” o sobrino de “Mengano” o pariente de “Sutano” pero en mi caso esta situación no aplicaba pues mi padre era
solo un hombre de la vida común y
yo solo un ciudadano que desde el
otro lado del mundo intentaba conseguir
que me dieran una cita médica para que un especialista atendiera mi viejo después de los
fallidos intentos que él hizo
marcando al mismo número y yendo personalmente al hospital.
Con suerte logré comunicarme con una funcionaria que con tono amable me pregunto el
motivo de mi llamada y bueno quizás por
habitud o costumbre ella siguió el
protocolo y nuevamente tuve que contar la historia, pero hubo un
hecho que llamo la atención de mi caso, pues le dije a la señora que no
podía quedarme tanto tiempo al teléfono o dirigirme directamente al hospital porque no vivía en
el país, hubo un espacio de silencio y
desde mis inconformes
pensamientos sentí que mi batalla
apenas comenzaba.
Esta mujer
quizás no comprendía que el hijo
de un usuario del Sisbén del barrio Alfonso López estuviera
llamando con estos discursos
para obtener una cita inmediata en la larga lista de 936
pacientes vistos por el mismo especialista.
Con la convicción que
aprendí de mis padres de que
hay que “pelear” para obtener sus
derechos me arme de valor y le
recordé a la señora que yo no le
estaba pidiendo el favor, que yo no era una persona ingenua, que yo sabía muy bien como operaba el sistema de salud en Colombia y que necesitaba que a mi papá
lo atendieran inmediatamente porque no quería llevar esto ante la superintendencia de salud.
Ella muy amablemente me dijo que haría todo lo posible para ayudarme que le
comunicara a mi padre de regresar al hospital pero esta
vez preguntar por ella ( burocracia) y
que inmediatamente le daba la
cita, pues así fue y solo lo vieron una vez .
Por ende mi llegada a
Colombia fue el 31 de enero y como lo
anuncie al comienzo esto solo sería el
comienzo de una batalla para cumplir mi cometido. Lograr que a mi padre lo
atendieran los especialistas y pues así comenzarían
mis días de visita en Colombia, una
patria llena de muchos contrastes y
experiencias que espero poderles compartir.
Buen domingo para todos.
Esa es la triste realidad
ResponderEliminarde un país que teniéndolo todo
niega a los ciudadanos los derechos fundamentales
con la excusa de no presupuesto u otras mentiras
¡ A nuestros gobernantes que olvidaron
que el pueblo no les debe servir a ellos
sino que ellos fueron elegidos para servir
una fuerte abrazo con alambre de pua!
A tí Monsieur Corbatin ...espero tu situación familiar
sea escuchada y solucionada de la mejor manera
ATT: Panchita
Merci bcp ;) hablamos por skype :)
ResponderEliminarLos derechos a la vida y al acceso a servicios de salud están supeditados al manejo burocrático, que entorpece las actividades de las organizaciones. Pero esta burocracia responde a un sistema que se alimenta de los recursos públicos para que los dueños de las EPS e IPS acrecienten sus ganancias, a costa, de una calidad paupérrima y segregada en los servicios médicos. Tristemente, tu caso no es el único, ni hace parte de la minoría.
ResponderEliminar¿De qué depende que funcione todo así? De la voluntad política donde valoran más la libre competencia que el respeto a la vida.
Ánimo, Win. Las batallas se ganan luchando. Y en esa perseverancia que te inculcaron, lograrás con días de desespero y madrazos, que tu papá consiga la cita y los procedimientos que requiera, para que te siga acompañando muchos años más.
Abrazo